lunes, 28 de marzo de 2016

LA PAMPA DE LA CULEBRA

LA MISTERIOSA LEYENDA CAJAMARQUINA 


Cajamarca es una región llena de encantos, guarda en sus entrañas dulces  y a veces  terribles historias, y la leyenda de la pampa de la culebra no es la excepción.

Esta  historia  se desarrolla a pocos  kilómetros de la ciudad  cajamarquina, en el sector  conocido como Chaquil caserío perteneciente  al distrito de la encañada.
Carretera a la Encañada y alrededor la pampa de la Culebra Foto:Moisés Sangay
Nuestro equipo de trabajo viajó hasta esos  hermosos parajes  para corroborar los datos que habíamos escuchado y esto fue lo que pudimos recoger de la gente amable de esta zona peruana.

El Área marcada con la línea roja denota los restos de la gigante serpiente que se extiende por los terrenos Foto:Moisés Sangay
El curaca de Cajamarca tenía una hija muy hermosa admirada  y pretendida  por todos cuantos  tenían la  dicha de admirar  su belleza.

En cierta oportunidad, atraído por la fama de la doncella cajamarquina, llegó  a estas tierras el hijo del poderoso curaca  de los Chachapoyas, apuesto doncel acompañado de un numeroso séquito, quien llegando hasta el soberano de Cajamarca le  entregó el preciado regalo que le remitía  su padre y además le expuso su intención de querer  casarse con la doncella.


El curaca, cautivado por la donosura y la arrogancia del noble joven chachapoyano, lo alojó en el mejor de sus tambos, dentro del palacio de Chiquichancay, dispensádole el mejor de los tratos, el pretendiente permaneció en estos parajes por un año, tiempo que aprovechó para seducir a la hija de curaca sin cumplir su ofrecimiento matrimonial.

El padre, ante  la ofensa inferida, dispuso la prisión del joven y de su séquito en las oscuras  mazmorras de una prisión. Uno de los miembros de la comitiva, pudo escaparse para llevar la infausta noticia al jefe de los chachapoyas, quien enterado de los acontecimientos armó una poderosa expedición punitiva, con el objetivo de liberar  a su hijo y castigar el orgullo del líder cajamarquino.


Chacras con sembríos a los alrededores de la carretera Foto:Moisés Sangay
El soberano de los caxamarcas , informado de la expedición tomó los aprestos  correspondientes para  rechazar  a los invasores y luego de invocar  a la protección de los dioses, marchó al frente  de sus  ejércitos al encuentro de las tropas enemigas.El sitio denominado Chaquil sirvió de escenario a un sangriento combate que  al atardecer  se definía  a favor de las  belicosas tropas de los Chachapoyas.

En estas  circunstancias , el curaca de los  caxamarcas invocó nuevamente  a la protección del dios Ninayacu, quien compadecido de la muerte de sus súbditos envió en su defensa  al dios del tragadero.
mientras  tanto, los chachapoyas  también recibieron la protección de sus dioses, los mismos que ayudaron a sus fieles convirtiéndolos en una gigantesca culebra que  avanzaba  inconteniblemente, diezmando a las huestes cajamarquinas que llenas de pavor se aprestaba  a la huida.

En ese preciso  momento, el dios del tragadero convertido en rayo flamígero cayo sobre  la cabeza  de la inmensa culebra, fulminándola instantáneamente.

El cadáver  de aquella culebra  forma en la actualidad  la pampa de la culebra, ubicada  cerca  al distrito de la Encañada, a unos 35 Km de la ciudad de Cajamarca.

El paisaje  encañadino es digno de admirar, visite  este  hermoso  valle del norte  del país  que  tiene muchos encantos  para  los ojos del  visitante.


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